sábado, 21 de abril de 2012

Werner se quedó con la victoria en el Obelisco

El corredor de Toyota salió primero en la carrera que se hizo en pleno centro porteño.

           Mariano Werner se quedó con el triunfo en la emocionante carrera del Súper TC 2000 que se realizó  el primer domingo de abril en el centro de Buenos Aires ante más de 500 mil personas. El piloto entrerriano festejó con el Obelisco de testigo la histórica victoria y subió al podio con  Carlos “Cacá” Bueno y Jorge Trebbiani que salieron en segundo y tercer lugar con Ford.
En el circuito callejero que se extendió por Avenida de Mayo, Diagonal Norte y 9 de Julio los autos hicieron vibrar al público que se acercó para escuchar los motores V8 que presenta el TC.
Desde muy temprano los espectadores se abrieron paso como hormigas entre la multitud buscando ubicación para disfrutar del atractivo espectáculo automovilístico del que participaron numerosas familias. El evento fue un éxito a pesar de las críticas que recibieron los organizadores por los trastornos causados en el tránsito durante el armado de la pista.
La carrera de la categoría Fiat Línea Competizione fue la primera que largó y tras 11 giros tuvo como ganador a Hernán González Llamazares.
Si bien la jornada se desarrolló sin inconvenientes hubo un momento de confusión cuando en la tribuna ubicada frente a la curva de Avenida de Mayo y 9 de Julio un grupo de personas tiró unas vallas e ingresó a fuerza de empujones a unas gradas que estaban prácticamente vacías. Momentos después, un trabajador empezó a ajustar los tablones porque con el desborde que se produjo los organizadores temíeron que se produzca un accidente por la cantidad de gente que se había concentrado allí.
El personal policial incluso tuvo que sacar a parte del público que estaba en lugares prohibidos. Algunos privilegiados miraban desde los balcones y terrazas. También hubo tribunas exclusivas para a invitados especiales de las marcas auspiciantes así como también sectores VIP en la zona de boxes.
La programación deportiva continuó con una exhibición pero se tuvo que suspender a los pocos minutos de empezar porque el piloto Agustín Calamari se despistó y chocó contra uno de los muros de contención. Afortunadamente el corredor salió ileso pero su Renault Fluence quedó en gran parte destruido.
Mientras reacondiciaban la pista tras el golpe se hicieron escuchar los cánticos de un fervoroso público que disfrutó a pleno un domingo de alta temperatura y sol en el que las banderas de los equipos de competición flameaban por todas partes.
La clásica competencia entre Ford y Chevrolet también estuvo presente entre los aficionados que se mostraron ansiosos como todos los presentes por ver la carrera final.
Fueron 36 vueltas de pura emoción con el Teatro Colón, el Obelisco, la Catedral Metropolitana y el Cabildo de fondo.
A poco de largar, el último campeón de la categoría, Matías Rossi, se quedó por un principio de incendio en el primer tramo de la competencia. Luego debió abandonar Christian Ledesma, que llevaba la delantera pero tuvo problemas en la caja de cambios del Chevrolet. También se quedaron afuera Spataro, López, Canapino y Pernía.
Facundo Ardusso había alcanzado la punta pero tuvo que abandonar cediendo el puesto al entrerriano que con el camino libre sólo debió aguantar la presión del brasileño “Cacá” Bueno que lo seguía de cerca.
Werner finalmente mantuvo el liderazgo y se quedó con el premio mayor. A la vuelta, un nene dormía en el tren en el regazo de su padre con una remera de Ford puesta y sin soltar su gorra de Cars.



Yanina Varela, 1 de abril de 2012